Escribí este articulo hace mas de 10 años, el titulo original era Basura Para Mi Hijo, pero después de encontrar esta imagen del niño con un cigarrillo decidí cambiarle el nombre ya que la encuentro muy apta. La mayoría de los padres no le darían cigarrillos a sus hijos para que fumen, sin embargo la basura que le compran para comer produce a largo plazo igual o mas daño que fumar cigarrillos.
La mentira mas grande que todo padre dice y cree;
Y luego lo envenenas todos los dias…..
El pasado domingo, mientras me encontraba en mi playa favorita, El Derrumbado de Salinas, llego un pequeño SUV por la arena. Para los que no conocen El Derrumbado, el mismo es poco accesible, sólo se puede llegar a pie, como voy yo, en barco o en un todo terreno, sin embargo esta última opción es «ilegal» debido a que el área es protegida, pero estamos en D.R. y somos el Viejo Oeste del Siglo 21.
Pero volvamos al tema, del pequeño SUV se desmonta un joven amigo mío, instructor de spinning y creo kickboxing de un gimnasio del país, el joven tiene un físico atlético y se nota que a sus treinta y tantos años se mantiene en muy buena forma, por eso me causo tanto shock cuando ví a su hijo desmontarse. El niño, de unos 10 años apróximadamente era lo que podemos definir como un gordito, pero peor aún, al quitarse la camisa pude ver como el niño tenia celulitis en la barriga y hasta ginecomastia.
Lamentablemente este es un “trend” cada vez más frecuente; hasta hace poco un tema exclusivo de Estados Unidos y el Reino Unido, hoy en día hay una epidemia mundial de obesidad infantil. Las generaciones que vienen no sólo serán mas gordas que la nuestra, sino serán mucho mas enfermizas. ¡Ya hasta existen planes de dar medicamentos para reducir el colesterol a niños de menos de 10 años en Estados Unidos! ¡Y es todo culpa de nosotros los adultos!
Antes de continuar quiero decir que darle medicamentos para reducir el colesterol a los niños es algo totalmente absurdo y descabellado, aparte del hecho que estos medicamentos crean más problemas de los que supuestamente resuelven. La realidad del hecho es que tenemos que tomar responsabilidad por nuestras acciones y corregir el problema de raíz, no poner parches. El problema es que nos alimentamos mal y alimentamos a nuestros hijos peor. La mayoría de nosotros adultos, a pesar de comer mal, tenemos una mejor base que nuestros hijos porque por lo general durante nuestra infancia comíamos menos comida de caja o funda, hacíamos mas ejercicio ya que sólo los ricos tenían Atari y no había cable, la comida chatarra y los dulces era un lujo y un premio con los cuales se nos premiaba pocas veces al mes en Romana Red y aun así, la comida chatarra, era menos chatarra que hoy.
Hoy en día los niños vienen envenenados desde que nacen con fórmulas a base de soya y crecen con dietas de refrescos, jugos, cereales altamente procesados, grasas trans, cajitas, funditas, chocolates, saborizantes, colorantes, edulcorantes, conservantes y sabrá Dios que otra basura, luego nos sorprendemos de que nuestros hijos sean gordos, enfermizos, alérgicos y malcriados. ¡Sí, malcriados! Ya que la alimentación del niño tiene un efecto directo en su comportamiento.
Para hacer las cosas peores, la industria alimenticia, empezando por las grandes multi-nacionales, nos bombardean con publicidad y pseudo-ciencia de los alimentos. Las cosas llegan tan lejos que van a los colegios a darle charlas de nutrición a los niños, obviamente promoviendo hábitos alimenticios basados en sus comidas altamente procesadas y de escaso valor nutricional. No conformes llenan sus productos de colores y figuras alegóricas a muñequitos famosos o el súper héroe del momento sabiendo que, muchos tenemos que ir al súper con nuestros hijos y estos tienen gran influencia en la compra de los padres. ¡Esto debería ser ilegal!
Las zanahorias deberían tener a Bugs, las espinacas a Popeye, la carne a Batman, etc… ¿Los cereales en caja? Estos deberían tener un letrero, como el de los cigarrillos: «Precaución, el consumo de este cereal predispone a varios tipos de enfermedades, incluyendo pero no limitado al síndrome metabólico, obesidad, cáncer, diabetes» o algo así. Por Dios, el colmo fue un chocolate que vi en estos días, de una famosa marca italiana, detrás tenia un cuadro nutricional y explicaba como ese chocolate era parte de un desayuno nutritivo…. ¿Como diablos y en que libro un producto a base de aceite de coco hidrogenado, azúcar y sabor artificial de cacao puede ser parte de un desayuno nutritivo?
Pero nosotros, gracias a la publicidad y el mercadeo, entendemos que esas grandes marcas significan calidad, garantía y seguridad. Entiendan algo una vez por todas, todas esas compañías tienen cientos de accionistas que sólo quieren una cosa, mayores dividendos y eso sólo se logra produciendo barato y vendiendo caro, lo último en la lista de prioridades es su salud o la de su hijo. No tengan duda, el poder de estas compañías es tal que pueden cambiar las leyes de los países a su favor y resaltar estudios mal hechos que favorecen sus productos así como suprimir los que no los favorecen. De hecho, la mayor parte de la información nutricional que llega al público en general y la mayor parte de las políticas públicas sobre nutrición y alimentación son producto del lobby de estas compañías y no de realidades científicas, por eso es que irónicamente, mientras más sabemos de nutrición, mas gordos y enfermizos somos. Sólo miremos las Piramides del F.D.A. o todo el concepto de «grupos de alimentos».
Es increíble, pero en el supermercado, es fácil distinguir las personas que tienen hijos de las que no tienen, mientras más basura hay en el carrito no sólo más probabilidades de que haya un hijo, sino de que tengan varios. Aun más irónico y más increíble es la cantidad de padres que comen relativamente bien o saludable, se preocupan por hacer ejercicios y todo, sin embargo dejan que sus hijos coman increíbles cantidades de basura bajo el alegato que «a esa edad se quema todo».
Pero veamos, ¿realmente que tan importante y que efectos puede tener la mala alimentación en nuestros hijos? Debemos entender que todo lo que comemos tiene un efecto en nuestro metabolismo, regula nuestras hormonas, regula procesos enzimáticos, regula la producción de neuro- transmisores entre otras cosas. Nuestro cuerpo, la calidad de nuestros tejidos, la integridad de nuestras células, nuestra composición bioquímica depende de todo lo que hemos comido, aunque el cuerpo, por motivos de sobrevivencia es capaz de hacer magia con materiales de construcción de pésima calidad, la realidad es que, para tener un organismo saludable, debemos darle lo mejor que podamos ofrecerle, todos los días en cada comida. Aparte de esto, el organismo depende de la alimentación para conseguir no sólo su energía, sino también una serie de nutrientes que le permiten regenerarse y sobre todo en el caso de los niños crecer, pero además estos nutrientes son la base para todos los procesos antes descritos, incluyendo los procesos inmunológicos.
Si su hijo crece a base de una dieta alta en cereales procesados y azúcar lo primero que sucederá es que su hijo estará produciendo grandes cantidades de insulina en cada comida, o sea, estará en un estado de hiperinsulinemia constante, esto por un lado estimulará la acumulación de grasa. Con el tiempo los receptores de insulina en los músculos se harán cada vez mas resistentes, o sea, que el páncreas deberá producir mas insulina para poder mantener la azúcar estable en la sangre, es aquí como empieza el síndrome metabólico, la enfermedad mas común de nuestros tiempos y cuyos síntomas son uno o varios de estos: obesidad, alta presión, colesterol alto, triglicéridos altos, enfermedades coronarias, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Pero encima de esto agregue otros factores de este tipo de alimentación, como más infecciones, más alergias y no dejemos de mencionar los efectos en el comportamiento. Los bombazos de azúcar en los niños crean estados eufóricos, seguidos de bajones de ánimo que requieren de más azúcar. Recuerden, el azúcar es una droga, eleva los niveles de serotonina en el cerebro y nos hace sentir bien, mientras más azúcar y cereales tiene nuestra dieta, más necesitamos. A ésta debemos agregarle los demás estimulantes neurológicos que contienen las «comidas de niño», empezando por la cafeína de los refrescos, pasando por los varios aditivos químicos de las varias comidas procesadas. Esto, combinado con el hecho que estamos siempre menos en casa para criar y educar nuestros hijos, es lo que hace que nuestros hijos parezcan más hijos de Tarzán que nuestros. Pero volvamos a la alimentación, aún no hemos terminado, la dieta baja en fibras, baja en Omega 3, excesivamente alta en Omega 6, grasas trans y demás horrores nutricionales, son una receta infalible para que nuestros hijos no sólo sean adultos gordos, pero pasen a ser excelentes clientes de las grandes industrias farmacéuticas como única forma de poder vivir «sanos».
El problema real no son los niños, somos nosotros. Antes de poder reeducar los hábitos alimenticios de nuestros hijos, debemos reeducarnos nosotros. Todo debe empezar por el ejemplo y para dar el ejemplo debemos estar convencidos de la importancia que tiene la alimentación en nuestra salud. Nuestra alimentación debe estar basada principalmente por alimentos frescos sin procesar, carnes magras, vegetales frescos, nueces y frutas (no jugos) y la de nuestros hijos también. Debemos de hacer un esfuerzo de que la mayoría de las comidas sean cocidas en casa y por lo tanto comer en casa lo mas posible, preferiblemente toda la familia en la mesa a la misma hora. Todos en la familia, una vez la edad de su hijo lo permita, deben comer las mismas cosas, es absurdo tener un menú de carne y vegetales para los adultos y pollo frito con papas fritas y Ketchup para los niños. Recuerden que los gustos por la comida son adquiridos y se aprenden, mientras más su hijo aprende a comer ciertos tipos de comida, más los preferirá, mientras más comida chatarra coma, menos querrá comer de su cocina. Empiece temprano a inculcar estos valores y a educar su paladar.
Algunas recomendaciones:
– Rutina – Crear una rutina de comprar y preparación de sus alimentos, haga sus hijos participe si tienen la edad adecuada.
– Empiece Temprano – Si no tiene hijos, empiece a adoptar hábitos alimenticios más sanos, manténgalos durante el embarazo, trate de dar el seno por el mayor tiempo posible y evite la comida comercial de bebé lo más posible. Las primeras comidas sólidas que su hijo debe comer, deben ser alimentos frescos preparados para él. Si ya tiene hijos, nunca es tarde para empezar a enseñarles nuevos hábitos alimenticios, pero obviamente mientras más tiempo tengan comiendo mal, mas difícil será reeducarlos.
– No Al Chantaje – Usted es un adulto, él es un niño. Su deber como padre es tomar las mejores decisiones para su hijo, le gusten a éste o no. No se deje chantajear emocionalmente, como en los viejos tiempos, sírvale la comida que usted quiere que su hijo coma y no deje que se levante de la mesa hasta que se la coma.
– No TV – La televisión enseña a nuestros hijos malos hábitos alimenticios, los bombardea de anuncios de comida chatarra y bebidas azucaradas con los muñequitos que aman. La televisión, debido a muchas razones aparte a los alimentos, debe ser algo fuera de limites para su hijo y solo para ver algún programa (video) ocasionalmente o preferiblemente verla acompañado por ustedes.
– Amigos – Un niño hará amistad con cualquier otro niño, pero por lo general su hijo compartirá mucho y jugará mucho con los hijos de tus amigos, comparte mas con los amigos que tienen valores similares a los tuyos.
– Fuera De Casa – Todo empieza en el supermercado, si la despensa esta llena de galletitas, refrescos, jugos de frutas y demás porquerías, su hijo no va coger la manzana que está en la nevera ni las nueces. El primer paso es no comprar comida chatarra, no tener platanitos, papitas, refrescos y juguitos en la casa, todo lo que esta en la casa debe ser comida fresca, sin procesar, cosas que realmente alimenten. Si amigos o familiares de visita traen basura a la casa en alguna ocasión, bote o regale las sobras.
– Colegio – Hoy muchos colegios tienen políticas «anti-chatarra», aunque muchas veces caen en manos de la pseudo-nutrición de las grandes compañías y sustituyen la chatarra por chatarra enmascarada. Participe de las reuniones del colegio, infórmese de que clase de comida sirven en la cafetería, presione para que se hagan cambios positivos.
– Ejercicios – Lamentablemente hoy cada vez más vivimos en apartamentos y menos en casas con patios, las calles ya no son seguras y preferimos que nuestros hijos se queden en casa con el Playstation. Inscríbalo en 1 o más disciplinas deportivas en la semana, yudo, gimnasia olímpica, etc… Manténgalo ocupado con algún tipo de actividad física todos los días. Los fines de semana aprovechen para pasar tiempo en familia montando bicicleta en el parque, caminando en la playa u otra actividad que requiera esfuerzo.
– Comunicación – Explíquele a su hijo el porqué de la diferencia de alimentación entre ustedes y los demás. Explique los riesgos a la salud y ponga ejemplos claros, aunque sea crueles. Haga que su hijo aprecie y sienta orgullo por su forma de alimentarse.
Es tu decisión, puede complacerlo en todo lo que le pide, asegurándoles un futuro de obesidad, enfermedades y dependencia de medicamentos o puedes hacer tu rol de padre y asegurarle un futuro de salud y buena condición física.
Articulo original publicado en www.uepa.com